miércoles, 8 de octubre de 2008

Alucinaciones

La verdad es que llevo dos días alucinando. Y es que no me termino de creer dos cosas que me han pasado.

La primera. Creo haber comentado recientemente que mi móvil se ha estropeado. Estuve "rajando" un poco sobre lo consumistas que nos hemos vuelto, cómo antes podíamos vivir sin móvil, etc. Pues hombre. Vivíamos sin móvil, pero teníamos cabinas de teléfono en la calle. Claro, si ya sé que Telefónica las ha ido retirando para que nosotros vayamos llamando más por el móvil y gastemos más dinero. Pero, ¿y qué ocurre con aquellos "desgraciados" como yo que no podemos disponer de móvil por unos días?

Vamos, resulta que ayer estuve trabajando en Madrid hasta por la tarde. Mi chica ya estaba en casa, pero como no somos marquesitos, pues sólo tenemos un coche para movernos de un sitio para otro. La estación de tren está lejos de casa, con lo que necesitamos el coche para desplazarnos de un sitio para otro. Como mi trabajo por Madrid no es fijo y dependo un poco de la gente con la que trabajo (a veces me enredan más, otras menos, etc.), yo no podía decir con certeza por la mañana a mi chica a qué hora iba a llegar a Galapagar para que me fuera a recoger (cómo han cambiado los tiempos... ¡las chicas recogen a los chicos! ¡Viva la igualdad!). Pues, ingenuo de mi, pensé que quizá pudiera avisar un poco antes de ir en dirección a Nuevos Ministerios para coger el tren, calculando más o menos a qué hora llegaría.

Pues no había teléfonos cerca de la boca de metro donde me metí (Sainz de Baranda), ni dentro del metro (que antaño había cerca de los tornos alguna que otra cabina), ni en la propia estación de Cercanías de Nuevos Ministerios... Es decir, yo cogí el tren y me planteé la duda si bajarme en Chamartín, dejar pasar el tren que había cogido, buscar una cabina y avisar de mi hora de llegada (porque sino me plantaba en Galapagar, igual tampoco había cabina allí y tengo que andar 40 minutos a casa [¡y ese día estaba lloviendo!]). Pues así que lo hice. ¡No había cabinas en Chamartín! Tuve que irme a un locutorio que estaba en la última esquina de la estación para poder avisar a casa (y encima tuve que esperar 3 minutos, porque la dueña había cerrado para fumarse un cigarrillo). Supongo que lo que debería hacer a partir de ahora es llevar dos móviles. Uno de repuesto del principal, por si se me estropea y no me pueda quedar sin avisar (por si acaso). O la otra opción es llevar un sistema de tambores portátiles para enviar mensajes, tal que si estuviéramos en la África profunda (¡ojo! Que con ese sistema, no habría problemas que si las ondas de los móviles provocan cáncer y tal...).

La segunda alucinación fue el mismo día. Llego a casa y mi novia me dice que nos han dejado una nota escrita a mano en el parabrisas del coche. Me explico. Por las mañanas, ambos cogemos el coche, nos vamos a la estación de tren, dejamos aparcado el coche en dos plazas de garaje nuestras cercanas a la estación, y nos vamos a Madrid. Antaño, esas plazas eran (bueno, y siguen siendo) de mi padre, y como hace años que ya no vive aquí, pues nadie aparcaba en el garaje.

Así que, en la nota pone escrito a mano en una hoja de folio partida por la mitad lo que sigue: "Sr. Rock Your World (evidentemente ponía mis dos apellidos y no este nombre friki que me he inventado). Estas plazas de aparcamiento no le corresponden. Rogamos despeje la zona lo antes posible. La Comunidad".

No salgo de mi asombro. ¿Quién sabe mis apellidos por el mero hecho de aparcar el coche ahí, cuando yo no le he dado mis datos a nadie? Ante tal situación, lo primero que se me ocurre es preguntar al conserje que anda por la zona (el garaje está situado dentro de una mancomunidad de casas) si ha sido él quién me ha dejado esa nota. Éste me mira con cara de no saber de qué va la vaina. "Yo no he sido", obtengo como respuesta. "Además, esta hoja viene firmada como de la Comunidad, pero no viene con ningún sello, ningún membrete, ni nada. Yo creo que ha sido el señor de la furgoneta que aparca junto a sus plazas". Más alucinado me quedo. O sea, esto tiene pinta de ser un particular que se mete en sitios que no le incumben demasiado.

Desde luego, lo primero que pretendo hacer es llamar al administrador del garaje y notificarle, para que en el futuro no haya más conflictos, que yo, el hijo del titular de las plazas, voy a utilizarlas, aparcando mi coche modelo x con matrícula y. Y luego voy a dejarle una nota al tío listillo de la furgoneta de al lado, preguntándole si ha sido él el que me ha dejado la nota, presuponiendo que esas no son mis plazas.

Digo yo. Si esas plazas son de mi padre, han estado vacías y ahora las ocupo yo, ¿qué problema tendrá este señor con ello? ¿Por qué parte de la base qué él tiene razón y esas plazas las estoy ocupando "ilegalmente"? Y no es que al garaje se pueda entrar libremente. Necesitas un mando para abrir la puerta de paso de vehículos, así como una llave normal para utilizar la puerta peatonal. Supongo que esas las he pirateado, claro. Además, en vez de dejar una nota preguntando si soy el nuevo dueño o algo por el estilo, el tío investiga mi nombre con el número de matrícula de mi coche, para dejar una nota en nombre de la comunidad... De verdad, que cuantas más vueltas le doy, menos entiendo esto. Por cierto, él tiene una furgoneta tan amplia y la aparca tan poco ajustada a su columna, que me invade un poco una de mis plazas, así que el que tendría motivo de queja...

Desde luego, hay veces que no comprendo las cosas...

1 comentario:

damupi dijo...

joder, q putada lo del locutorio pq yo a partir de ahora, cuando no tenga movil, voy a pasar de las cabinas. El locutorio esta guay pq cuesta una mierda y siempre tienen cambio, no como las cabinas