viernes, 26 de septiembre de 2008

Guau guau

Ya estoy en Valencia. Ya queda menos para encontrarme con el nuevo "miembro" de la familia (o según diría la ministra de igualdad, miembra porque es hembra). Rogeta (leído Rocheta, porque tendrá nombre valenciano, gracias a la influencia de mi chica), la perrita más linda del mundo (aunque eso dirán todos de sus perros respectivos).

Ha sido un viaje largo y pesado, porque aunque he estado escuchando los mixes de música que comentaba en el otro blog, tres horas y media sólo en el coche es un poco petardo. Pero por fin he llegado. Mañana es sábado, y aunque tendré que trabajar un poco desde el portátil, también podré desconectar un rato. Aunque no sé cómo matar el tiempo hasta el domingo al mediodía. ¡Tengo tantas ganas de verla! La tuve en mi mano el primer día de su vida (cabía prácticamente en la la palma). Tenía los ojos cerrados y emitía sonidos agudos que querían semejarse a aullidos porque extrañaba la ausencia de contacto con su madre. Cuando te la acercabas al pelo (sería que sentía algo parecido al pelaje de la madre), se quedaba más tranquila. Desde entonces (una experiencia única para mi en esta vida) ha pasado 1 mes y la única información puntual que he recibido de ella es alguna foto de móvil, y sobre todo, relatos sobre cómo juega en el jardín con su hermanito, cómo come del cuenco, cómo se asoma de la caseta... Os puedo decir que se me caía la baba de las cosas bonitas que me decían de ella.

Seguramente a los pocos días me estaré acordando de todas esas cosas y pensaré que en menudo lío me he metido, sobre todo cuando vea varias meadas en el suelo y más de una cagarruta, al llegar a casa desde el trabajo... Pero en esta aventura me he querido embarcar voluntariamente y lo hago con una grandísima ilusión. El tiempo dirá si me he equivocado.

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