viernes, 19 de septiembre de 2008

Repasemos buenos tiempos

Mira que ha pasado poco tiempo, y aun así, parece que fue hace tres millones de años (parece que sigo en el rollo de la entrada anterior, pero no).
Me refiero a las vacaciones de verano. ¿Verdad que quedan lejos? De hecho, yo ya estoy con el calendario, tachando los días que quedan hasta las siguientes... Pero hoy ya es San Viernes y se avecinan las minivacaciones semanales que disfrutamos los curritos (¡qué largas se hacen las semanas!). Y me he acordado que, el otro día estando en voleibol, una amiga alemana me llamó de todo a razón de un mail que mandé a mi gente al regreso de las vacaciones (lo más suave fue cabronazo...). Y su razón tenía, pero lo explicaré más tarde (si no, quito el encanto de esta entrada, y nadie querrá eso, ¿verdad?). Yo no lo hice con mala intención, pero así ocurren las cosas. Sin embargo, fue ella la que me dijo que debería recordar ese mail en mi blog para que lo puedan ver todos aquellos que no lo experimentaron la primera vez.
Menda estuvo de gira por Bélgica y Amsterdam este verano (sé que debería decirse Holanda porque queda mejor literariamente, pero es que sólo estuve en Amsterdam). Pasé por múltiples ciudades, y de todas ellas me llevo varios recuerdos. Entre ellos, un mítico comentario de una murciana viendo un escaparate en el centro de Amberes (la mujer mira un escaparate, se gira hacia su marido y le pregunta en su acentazo murciano de pura cepa: "Paaaaaaaco, eeeehhhtooo... ¿pá qué é? [en castellano, ¿esto para qué es?]). Después de eso, uno se sentía un poco más cerca de casa. Bueno, volviendo a lo que quería contar. Cómo todo turistón que sale de su país (y eso lo hace todo el mundo), me lié a hacer fotos. Al principio estás que si el monumento de aquí, que si la iglesia de allá, que si la plaza de ahí, que si la chocolatería de allá... Vamos, empiezas con las cosas interesantes (la chocolatería es muy interesante para un goloso como yo). Pero pasan los días y el nivel de exigencia para apretar el botón de la cámara se rebaja considerablemente. Digamos que se reduce a casi cero (siendo cero, no tener criterio a la hora de tirar fotos). Vamos que luego haces foto de la silla de la terraza donde has comido, del adoquín del "pollo" del canal donde te has sentado, etc.. La culminación fue hacer la foto de un niño meando (aunque sea una estatua). Me da igual que sea famoso y que todos nos quedemos como idiotas viéndolo. ¿Pero a quién se le ocurre querer hacerse la foto de un pimpollo sujetándose el pinrele mientras hace pis? Que, además, es una estatua de los más enana y de los más escondida que puede haber. Desde luego que a mi se me ocurrió tirar la foto (hasta diría que quedaría mal si no lo hubiera hecho, porque luego me dirían todos mis amigos: "¿Estuviste en Bruselas y no sacaste foto del Maneken Pis?"). Es decir, resumiendo, que yo no tenía nada que envidiar a esos japoneses que se ven en grupos de tropecientos mil, todos cámara en mano, sandalias con calcetines blancos puestos, etc. (eh, eh, que yo cuando me pongo sandalias, no me pongo calcetines... Aunque sea medio alemán). Más bien os diría, que ellos copian lo que ven de gente como yo cuando hago turismo por el extranjero.
El caso es que, después de rellenar no sé cuantos megas y gigas de memoria en las tarjetas de mi cámara, pensé que una buena forma de retomar el contacto con mi gente, era mandarles una especie de reportaje de lo mejor que había visto en las ciudades. Usease, mi "Best of" personal de Bélgica y Amsterdam (vaya, que no hace falta ser un músico famoso para hacer un recopilatorio de lo mejor de... Vamos, digo yo). El resultado fue éste:
1. Amberes
Veamos cómo sabe esto


2. Brujas

¿La negra sabrá igual que la rubia?

Después de una negra, vamos a alternar con algo más clarito (y encima con Alemania...)

3. Lovaina


Aquí lo típico era una cerveza de cereza (¡qué sí, qué sí!)


4. Bruselas

No me puedo volver de vacaciones sin volver a tomar una negra (y ¡qué viva España!).


El tipo tubo no lo he probado todavía...


5. Amsterdam


Son más típicas en Bélgica, pero ya que he cogido carrerilla...


Claro, ahora viene la parte en la que explico porqué se cabreó mi amiga. Antecedente: ella es alemana (si es que nos buscamos y juntamos donde sea...), y como buena alemana, es AMANTE de la "serrrvesa" (póngase un acentillo germano rústico y os empezaréis a poner en ambiente). Resulta que esta mujer hace reportajes para la radio alemana (ella es periodista), yéndose a destinos casi inimaginables para encontrar historias que contar. Resulta que en el momento de recibir mi mail, se encontraba en mitad de la selva amazónica (o algún sitio salvaje del mismo estilo), sin apenas contacto con la civilización (supongo por su reacción, que no disfrutaría de muchos "lujos" del tipo baños, aire acondicionado, etc.), pasando un calor que te mueres, trabajando mientras el resto estamos de vacaciones, etc. (me vais pillando, ¿no?). Vamos, un cuadro. Y claro, le llega un mail de un tío que se está tomando "serrrvesa" fresca en terracitas, el resultado no podía ser otro que el de una rubia con cara roja echando pestes sobre lo gilipollas que es servidor por atreverse a mandar mails así.

Después de todo, sólo me queda decir: "Salud, Bettina".

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